martes, 5 de mayo de 2009

Capítulo 2. Hoy ya es mañana.

Martín corría apresurado hacia la mesa del pequeño comedor cuando se topó con Víctor resurgido de las tinieblas. Esquivó el obstáculo opaco de pijama rojo y entró en la sala con las yemas de los dedos fundidas en el filo del plato e invocando algún que otro demonio con un "Me quemo coño , me quemo...".

Comenzó a soplar sus dedos incluso antes de soltar el plato en la mesa. Limpió los restos desparramados con un pañuelo de su bolsillo. Se sentó al fin y estiró su brazo hasta alcanzar la horizontalidad y el enchufe del brasero. Introdujo la cabeza en la nebulosa que subía de la sopa recalentada hasta sentir las gotas de agua solidificadas en la cara. Las noticias en el televisor volvían a comenzar con "nuevas de verdad"..., desastres de la sociedad.

Víctor apareció por la puerta y se acercó a la mesa lo suficiente hasta alcanzar a ver el origen del vaho que cubría el rostro de su compañero de vivienda.

- Eres todo un experto amortizando los guisos...
- No tengo tiempo de cocinar capuyo... ¿A qué hora te dormiste ayer?
- Ni idea...
- Osea, más tarde de las 5...
- No sé, no lo recuerdo bien...
-¿Y qué vas hacer hoy?
- No sé...
- Hoy es viernes...
- No sé...
- Joder, da gusto hablar contigo, lo tienes todo tan claro...

Víctor se alejó de la mesa y tras agarrar el periódico se sentó en el sofá reposando sus pies en la mesita rectángular.
- Hoy esta gente ha quedado en casa de Allende... -anunció martín sin apartar los ojos del televisor.
- ¿Por qué has arrancado la primera página del periódico? - contraatacó Víctor sin levantar la mirada.
- La fotografa me la pidió para un trabajo.
- La fotografa puede comprarse su periódico.
- Pero mira tú por donde que es "mi periódico" y hago con él lo que me venga en gana.
- Haces bien...
- Además, ¿qué más te da que no venga la portada? Siempre empiezas de mitad para adelante...
- Un periódico me ubica en el día que vivo. Mi día podría resumirtelo en mi despertar, mi visita al baño y mi encontronazo con un zoquete comiendo sopa. Necesito poner imagen al día que me espera. La imagen de la portada, por ejemplo. Sinceramente, abro el periódico y no me importa la portada, ni los titulares más importantes. Lo que me importa realmente de esos titulares es como afectan "hoy" a determinadas personas "hoy". Por un instante, antes de abrirlo, como todo el mundo, necesito reparar en la portada. En serio, no te estoy vacilando. Las portadas ayudan a uno a cerciorarse de que "hoy" es "hoy". Así, no sé..., es que ni me apetece abrirlo. Parece que es leer lo que ya he leido. Un periódico sin portada...,sin portada todas las hojas restantes son de un color amarillento, las deja anquilosadas en el pasado. El periódico no es para nostálgicos, para eso ya tienes los albumes de cuando eras un crío en la estantería. Para eso ya guardas la foto de tu ex-pareja en lo más hondo del ultimo cajón (pero sin deshacerte de ella). O para eso ya tienes algunos libros: los que hacen llorar por emoción de la historia o los que hacen moquear por el polvo de sus hojas...

Martín miró su plato, cada vez menos humeante, y relamiéndose los fideos estancados en la comisura negó en silencio con la cabeza. "gilipollas..."

- Pues un día te levantas y lo compras tú. De todos modos, en la portada...
- No me interesa...
- Pues, muy bien... Esta gente ha quedado hoy en casa de Allende... -Vibraron los cristales y un sonido estridente cortó de tajo las palabras de Martín. Ambos se miraron. - Ya está liado otra vez tu amiguito...
Víctor volvió la mirada sonriente a su periódico anticuado. - Hoy debe estar guerrero...
-¿Guerrero..., por qué?
- Escucha Wagner.

Martín hizo una mueca de incredulidad y con la boca abierta miró al techo. - Jodido viejo..., pues podría meterse la guerra y a Wagner por el culo, los supositorios seguro que ya le facilitan el trabajo.

Víctor quedó pensativo. - Hace días que no le veo... ¿qué se traerá entre manos?
Martín volvió de nuevo a su sopa fría - Si está guerrero es porque leyó la portada del periódico...,¿Qué?, ¿Vas a venir a casa de Allende?... creo que irán todos...

- ¿Todos? No seas tan atrevido, "todos" es una palabra de mucho peso.
- Qué pesado eres... pues no sé, supongo que casi todos... -Se llevo una cucharada a la boca y tapándosela con la mano miró el techo que Wagner echaría abajo en cualquier momento e hizo un esfuerzo de memoria. -De chicos supongo que estarán, además de Allende, Marce, el Argentino, Pablo y el inseparable trío..., no se si alguien más, y de chicas pues supongo que Elena, Alba, Inés, la fotógrafa,..

-¿Qué se celebra?
- Pues..., que es viernes supongo, aunque tú eso lo celebras todos los días... -Rápidamente Martín se adelantó al insulto que Víctor preparaba. -...¿Vienes o qué?
- No lo sé.
-Ah es verdad, lo olvidaba...
-¿qué olvidaste?
- Que no sabes nada, hoy te levantaste un poco socrático, ¿no?
Víctor se levantó del sofá y antes de cruzar la puerta dirigió una mirada despectiva a martín. -Sócrates, ¿qué dices tú ahora de socrates? yo más bien sabes que soy...
- Eres mis huevos en escabeche...
-... Espero entonces que mi imagen no joda tu digestión...

Salió del comedor y detuvo sus pasos cuando la voz de Martín alcanzó el pasillo: -¡Ah, qué despiste! ¡Supongo que también acudirán Chave y su séquito, lo cierto es que nos juntaremos bastante gente!

Entró en su habitación y cerró la puerta. Miró el cristal aún empañado. Sintió el escalofrío cuando su mano desdibujó el vaho de la ventana, cuando sus ojos se posaron en aquellos árboles desnudos que alzaban los brazos y dedos ramificados para retener la lluvia en unas manos abiertas de madera adormecida por un virus otoñal. Una lluvia perezosa y terca, difuminada en un cielo de su mismo color, condición y religión. Esbozó una sonrisa. Sonreía porque a través de los tabiques veía la mueca de Martín, un Martín triunfante que relamiéndose los retales de sopa reseca también ríe sabiendo que, gracias a su última mención, el que solo sabe que no sabe nada ahora sabe algo más. Esta noche irá a casa de Allende.

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